Que la reputación online de tu empresa tenga pinta de mala hierba o aromático arbusto dependerá de tu buen hacer en la Red y deberás, como Marty McFly, echarle un vistazo al pasado  para asegurarte un buen futuro pero, sobre todo, una reputación 2.0 que no tenga trazas de espantador de clientelas. Al menos, eso es lo que predica el Instituto Nacional de Tecnología de la Comunicación (Inteco); todo un guardián de famas 2.0.
Así, cualquiera que pretenda radicarse en la web 2.0 necesitará monitorizar todo lo que se dijo con anterioridad acerca de la firma, podar esos comentarios negativos y empezar a construir la identidad digital sobre unos cimientos sólidos. Tranquilo, que como agencia de social media hoy te hablamos de cómo hacerlo.

Además, si el ser humano se rompe los cuernos filosóficos con cuestiones como ¿de dónde venimos y a dónde vamos?, también las empresas se deben hacer preguntas de índole trascendental: ¿qué somos como empresa?, ¿qué queremos ser?
Por lo tanto, para gozar de una reputación online guapa y evitar desmadres, deberemos plantearnos ciertos aspectos:

  • Diseño de una imagen de marca coherente
  • Escoger un nombre de dominio nada descabellado y que diga “amén” a tu razón social. No te  pongas “friqui”, pues te tienen que encontrar… Además, es conveniente que recurras a la ley (Derecho de propiedad intelectual e industrial) para resguardarte de los listillos
  • Encomiéndate a un community manager. No te vayas a Leroy Merlín a adquirir el kit de responsable de redes sociales. Por supuesto, una vez que hayas contratado a tu experto (tanto interno como externo) no seas cazurro y comunícate con él. Proporciónale las herramientas y toda la información precisa para que desempeñe su trabajo con eficacia. Es decir, que no sea el community manager el último en enterarse de lo que acontece en tu empresa.

Por supuesto, el responsable de redes sociales no debe ser un bocazas a sueldo (si es profesional, no incurrirá en verborrea peligrosa) sino que es preciso definir su intervención en los ruedos 2.0 y dejar bien atado el tono con el que se dirigirá a la audiencia (de compadreo, de profesional a profesional…), además del tipo de mensaje que deseamos transmitir, o el de filtro que aplicaremos a los mensajes de nuestros seguidores, fans, amigos y demás títulos engendrados por los “social media”.

Sin embargo, y como recoge Inteco en su manifiesto por una saludable reputación online, la revolución ya se ha producido y las organizaciones y sus marcas deberían “salir a la calle virtual a experimentar, a equivocarse, a fracasar, a triunfar”. Pues sí, el camino no está claro, pero ahí están las recomendaciones que como la brújula de Colón prometen llevarnos a América para construir la nación social media de nuestra empresa.