El fenómeno no es nuevo, pues hace años que las empresas tiran de blogueros, sobre todo de su versión femenina, a la hora de apuntalar su marketing en la Red. Desde luego, si eres una marca, son innegables los encantos, influencia y tirón de uno de estos líderes de las letras 2.0 De hecho, muchos de ellos acaudillan legiones de seguidores y replicantes de su estilo. Seguramente ya conocíais a las blogueras de moda; una tribu de fashionistas dispuestas a prestar su labia a las marcas, pero ahora llegan otras “etnias” y el marketing 2.0 le tira los trastos: las mamás blogueras.

No en vano, el pasado 8 de junio se celebró en Madrid el I Encuentro de Madres Blogueras de España, organizado por Madresfera, que congregó a tan marketingniano ganado y muy cerca transitaban los “lobos”, porque ya podéis imaginaros el percal de marcas que se prestó a patrocinar el acto. Sí, porque todas ellas procedían de diferentes sectores económicos como el de la alimentación, la higiene infantil, los seguros médicos, de bebidas, revistas de moda como Yo Dona... Todas deseosas sin excepción, como se dice vulgarmente, de “pillar cacho”.

Por lo tanto, empieza a cundir la costumbre entre las empresas de invitar a las propietarias de los blogs a los presentaciones de sus productos (nada nuevo bajo el sol), post patrocinados (es decir, apoquinamiento de pelas por parte de la empresa a cambio de que la blogger le dedique una entrada) o iniciativas como la lanzada por yogures Llaollao. Dicha misión mercadotécnica, bautizada como “Ojo al antojo”, consistió en que a aquellas madres dispuestas a engatusar en sus posts a las embarazadas antojosas a tomar helado de su marca, las obsequiaban con yogur gratis. Una buena estrategia, que reconocemos como agencia de marketing digital.

Sí, parece que empiezan a llegarnos los efluvios de EE.UU., donde las madres blogueras son auténticos líderes de opinión, un poder en la sombra al cual marca alguna quiere desairar, pues sus comentarios y posts pueden hundir a la empresa más granada. De hecho, algunas bloggers ganan hasta 3.000 euros al mes dedicándose solamente al “cuidado y manutención” de su blog.

En España vamos sin prisa pero sin pausa. Así, es tal el repunte del asunto que incluso algunas bloggers, como Fátima Casaseca, ha visto cómo su blog titulado “Una mamá española en Alemania” ha migrado al papel tras ser publicada por la mismísima editorial Planeta.

Para aquellas marcas dispuestas a correr al abordaje de estas providenciales madres blogueras, nada mejor que leer el documento elaborado por Cruz Cantalapiedra, redactora de la revista digital anuncios.com, titulado “Llega el mother blogger power”, todo un trabalenguas que disecciona un fenómeno que empieza a remontar posiciones y que ha dejado a las mimadas bloggers de moda totalmente desfasadas y desbancadas.