Puede ser que los comienzos te parezcan duros; pues habrás de adivinar qué fructíferas actividades se pueden desempeñar dentro de una batidora cuando tienes el tamaño de un penique, pero tu densidad permanece como antaño o diseñar un lenguaje de programación para describir a un pollo. Sin embargo, una vez dentro, podrás acceder a una oferta ideada por y para los trabajadores a base de entretenimiento, comida gratuita y con estándares de Ferrán Adriá, ambiente familiar, horarios flexibles e inteligencia emocional. Sí, adivinaste, estás dentro del equipo de Google y, además de ser el propietario de una nómina que induce a la felicidad, serás un tipo en comunión con la vida y los bytes.

Nos explicamos. Todos andamos al tanto de los desvelos que los gerifaltes de la multinacional de Silicon Valley sufren por sus empleados; pues, de vez en cuando, al populacho se nos ilustra con reportajes sobre las maravillas que esconden los muros de esta empresa: lavandería, limpieza en seco, un complejo deportivo al aire libre, o grupos de oradores plagados de estrellas...

Sin embargo, no a todos les parece tan dichoso el ambiente que se cultiva en las entrañas del megabuscador como cuenta un anónimo trabajador en una encuesta lanzada por la web de noticias sociales Reddit hace un tiempo:

“Un problema muy común es que resulta fácil acabar malcriado por todas las ventajas. Muchos de los empleados han desarrollado una marcada cultura de derechos y la gente suele quejarse de la calidad del relleno de los brownies, aunque éstos sean gratis. Es vergonzoso ver que la gente a tu alrededor se han convertido en unos niños malcriados”, comenta este empleado.

Sí, porque tanto ventajismo y mimo supone el camino más corto para una crianza nefasta de los empleados. Aunque este peligro no acecha en el último giro que ha tomado Google hacia su plantilla que acaba de ser enrolada en la causa de la felicidad con el programa de crecimiento personal “Busca en tu interior” que aunque lleva desde 2007 impulsándose en la empresa, empieza a venderse en las librerías para animar a los lectores a probar el “bricolaje anímico”.

¿Cuál es su propósito? Fomentar la inteligencia emocional basada en la atención plena y modificar los hábitos de pensamiento para ser más felices. Su artífice, Chade-Meng Tan, un ingeniero reconvertido a profeta del “felicismo”,  considera que la felicidad es la antesala del éxito. "Se sabe que si un trabajador está en forma y sano, es más productivo, pero las compañías no terminan de darse cuenta de que una persona mentalmente y emocionalmente sana puede llegar a ser mucho más creativa y productiva".

Tan, además, preconiza que hacer un alto en el camino laboral para mandar ráfagas de felicidad al vecino de mesa nos vuelve más eficaces y, sobre todo, nos pone el corazón contento. Sí, diez segundos bastan, fijamos la vista en alguien y le deseamos lo mejor con la mente.

Ahora Chade-Meng Tan se ha propuesto traspasar felicidad “googliana” a los españoles, pues acaba de publicar su manual “Busca en tu interior”, publicado por la Editorial Zenith. A partir de ahora recela de quien se sienta en el banco vecino del parque, puede que te esté mandando felicidad a cobro revertido (eso es lo que pasa con Google).

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