La utopía, ese no lugar que parecía haber desaparecido, vuelve a plasmarse en nuestra retina en forma de noticia: la que nos ha proporcionado en Banco Mundial con la reciente publicación del informe Doing Business, que deja muy mal parada a España, nuevamente, en materia de creación de negocios.

Es por ello que hablar de utopía aquí se nos antoja imprescindible, porque en una coyuntura como la que atravesamos, y dados los indicadores, el crecimiento y desarrollo pasa por la puesta en marcha de nuevos proyectos, algo para lo que la facilitación de las gestiones es imprescindible.

Aunque este giro, de momento, no llega. La economía española se ha reajustado y las medidas tomadas han hecho que nuestro país se convierta en un lugar de oportunidad para invertir. De hecho, este mismo informe así lo certifica. Y es que dentro de la clasificación, compuesta por 189 países, España se sitúa en el puesto 52 de la lista en lo que a ventajas para la actividad empresarial se refiere.

Un puesto que baja ocho posiciones con respecto al estudio llevado a cabo el pasado año pero que no responde al peor dato del informe. Éste se sitúa en el apartado del emprendimiento, y concretamente en las dificultades que existen en España para poner en marcha una empresa.

Aquí España pasa del puesto 136 al 142, un lastre para la marca España pues países remotos como Uzbekistán, Zambia o Sudán del Sur se encuentran por encima del nuestro en este parámetro.

¿Los motivos? También quedan registrados en el informe. En concreto, el Banco Mundial destaca el tiempo y trámites que se deben seguir en nuestro país para llevar a cabo la configuración de un negocio: una decena de trámites y una media de 23 días han provocado este posicionamiento español en el ranking.

Pero todavía hay más: en concreto, el informe destaca el coste y el capital necesario que en nuestro país hace falta para constituir una empresa. Estos indicadores se sitúan en el 4,7% de la renta por habitante y el 13% de dicha renta, en el caso del capital necesario para poner en marcha un negocio.

El informe, cerrado en el mes de junio, no ha tenido en cuenta algunas de las reformas llevadas a cabo por el actual ejecutivo, como es la puesta en marcha de la Ley de Emprendedores, que engloba medidas para facilitar la constitución de organizaciones empresariales en España.

Queda, pues, un año por delante para conocer si estas reformas provocarán una mejora de la posición española el próximo año. ¿Conseguiremos mejorar tales indicadores?

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