Hoy hablamos del futuro que un día imaginó la ciencia ficción, de grandes adaptaciones a profundos cambios. ¿Has oído hablar de la transformación digital?

Cuando éramos pequeños vimos las más increíbles películas de ciencia ficción. En ellas se nos contaban historias de todo tipo, pero con un elemento común: el gran avance de la tecnología. Desde coches voladores hasta humanoides reconvertidos en asistentas del hogar, pasando por maquinas de teletransportación. Los elementos eran múltiples y variados, pero todos nos hacían esperar el futuro con gran ilusión. Ahora, el futuro se torna en presente y la ilusión en realidad. Puede que no todo sea como en las películas, y los robots aspiradoras se queden atrapados siempre en la misma esquina, pero créeme,la transformación digital es ya una realidad.

Seguramente, ya hayas oído hablar de esto de la transformación digital. Algunas empresas, en los últimos años, han dado el gran paso y puede que te haya tocado vivir el cambio en primera persona. Si no es así, déjame decirte que cuando hablo de transformación digital me refiero a todos los cambios que las empresas realizan para adaptarse al mundo digital. Estas transformaciones, que se basan en el avance de la tecnología, puedes haberlas visto en múltiples formas. Por ejemplo, que ahora puedas comprar todo tipo de productos tumbado en tu sofá es una (cómoda) transformación digital. Que puedas compartir información con alguien que está a 5.000 km de ti es una (interesante) transformación digital. Ah, y que tu abuela tenga Instagram, en lugar de álbumes de fotos, es (sin duda) una peculiar transformación digital.

Como vemos, las formas en que la transformación digital afecta a nuestra vida personal son múltiples. Sin embargo, en nuestra vida profesional nos volvemos más reticentes al cambio. El principal problema actualmente, es que muchas empresas españolas todavía no se atreven a transformarse. Según un estudio de Incipy, sólo el 13% de las empresas lleva ‘muy avanzado’ el proceso de transformación digital. Si tú mismo estás teniendo esos reparos, tranquilo. Mira la transformación digital como un proceso, que no un objetivo. Este desarrollo puede ser más largo o más corto, más o menos profundo, pero es necesario. ¿Por qué? Sencillo: de él depende el conseguir llevar adelante tus verdaderos objetivos.

La transformación digital te ayuda en tu día a día, facilitando tus tareas. Que el cambio se produzca siento decirte que es inevitable. Pero eso debes verlo como algo positivo, una forma de tener nuevas e interesantísimas oportunidades en tu porvenir. Esto no significa que necesites todo tipo de gadgets tecnológicos como una pantalla curva de 90 pulgadas que te sirva tanto de televisor como de calefacción. Así que antes de lanzarte a las calles, tarjeta de crédito en mano, déjame darte algunas claves básicas para una buena transformación digital. ¿Empezamos?

1. ¿Te acuerdas de mí? Soy tu cliente: puede que esto te suene repetitivo y aburrido, pero el centro de tu empresa DEBE ser tu cliente. Déjame repetírtelo: tu cliente. En ocasiones hemos estado tan pendientes de nosotros mismos, o de crear el producto perfecto, que no nos hemos dado cuenta: ¿de qué sirve un completísimo servicio que no consiga llegar a nadie?Puede que en la etapa previa a la transformación digital esto fuese posible, pero ¿ahora? El consumidor ya no se conforma, sabe lo que quiere y te lo está diciendo a través de múltiples vías, ¿por qué no escucharle? Ya te dije que la transformación digital te facilitaba muchas tareas y esta es la más clara. No debes estrujarte la cabeza pensando qué quiere tu público, o por qué algo no funciona, pues ellos mismos te lo están diciendo.Puedes oírles en tu propio foro o, si tienes un blog, a través de los comentarios. Pero hoy en día los usuarios, en su mayoría, utilizan las redes sociales para opinar.

2. Soy tu nueva mejor amiga, la marca: si de pequeño tenías una mística unión con un amigo que al parecer sólo tú veías, este punto lo vas a entender a la perfección. En plena transformación digital una marca como la entendíamos hace años, no tiene futuro alguno. Las marcas deben ser capaces de conectar con los sentimientos de sus clientes. La razón puede hacernos decantarnos por una u otra marca por motivos tan elementales como que la marca A sea más barata que la B. Pero si la firma B ha sido capaz de conectar con nosotros, con nuestros afectos… ¿Cómo vamos a abandonarla? De nuevo pones al cliente en el centro de tu estrategia, centrándote en conseguir atraerle para que él mismo se acerque a ti. Puede utilizar diferentes técnicas como el marketing de contenidos, el SEO o, de nuevo, las redes sociales, pues a través de ellas puedes compartir contenidos de su interés. A través de estas acciones darás a conocer tu marca mientras consigues un buen número de fieles seguidores.

3. ¿Tecnología del futuro con ideas del pasado?: otra de las claves de la transformación digital no es sólo el cambio tecnológico, sino también ideológico. Con esto, no quiero decirte que dejes de votar al perenne alcalde de tu pueblo, sino que debes hacer un cambio de ideario. El intentar reutilizar formulas antiguas, adaptándolas a la tecnología presente suele dar desastrosos resultados. Piénsalo así: la tecnología nueva ya la tienes, ¿cómo deberías usarla? En el entorno digital puede haber tantos fallos como aciertos. Lo que debes hacer es intentar cosas nuevas, probar, variar. Puede que esto te de miedo, pero acuérdate que estás acomodándote a la transformación digital, a una nueva y desconocida situación. Si no testas diferentes ideas de forma práctica te quedarás irremediablemente estancado en el pasado. Conoce las posibilidades de tu equipo y crea campañas empleándolas. Por ejemplo, puedes subir un vídeo a YouTube, dando a conocer uno de tus productos. En caso contrario, no avanzarás un palmo ni lograrás nuevas oportunidades, pero ¡oye! Tendrás un reluciente equipo tecnológico… Sin estrenar.

4. Así se adaptaba, así, así: si en este punto ya estás empezando a mirar la transformación digital con otros ojos más amigables, déjame que te de otro consejo: ¡quítate el corsé! Esto debes aplicártelo para dos cuestiones fundamentales. La primera de ellas es tecnológica, pues ahora la mayoría de personas te van a encontrar en Internet usando una tablet o dispositivo móvil. Si tu web sólo tiene el formato para ordenador, el resultado será que el número de tus visitantes caerá en picado. ¿Quieres eso? En caso de que tu respuesta sea un, inesperado, no: ¡adáptate! Consecuencia de esta primera adaptación llegamos a la segunda, que se refiere más a los contenidos. Como la transformación digital ha cambiado la forma en que accedemos a los contenidos, estos también deben adaptarse. Actualmente existe una extensísima cantidad de competencia y contenidos a nuestro alcance. Por ello, es fundamental primar aquellos contenidos que más puedan atraer a nuestros potenciales clientes. Depende de tu tipo de empresa y el producto o servicio que ofertes, pero ¿qué te parece el contenido audiovisual?

5. ¡Todos a clase… 30 años después!: puede que tengas un equipo joven, que todos sean nativos digitales y que con el chupete les diesen su primer Smartphone… pero puede que no. Hay mucha gente que nunca ha trabajado con equipo digital, y que esto de la transformación digital les suene como a ti el chino mandarín. Por eso, para realizar una buena transformación digital no debes fijarte únicamente en el equipo tecnológico, sino también en el humano. Además, la formación digital y grupal permite que se mejoren las relaciones laborales. Asimismo, algunos de tus trabajadores pueden aprender de otros y ayudarse mutuamente. Tú, como líder y cabeza del proceso de transformación digital, debes fomentar este proceso de intercambio. Si la gente se siente segura dentro de su trabajo, su productividad mejorará y eso terminará siendo beneficioso para ti. En caso de que optes por la extendida idea de que “a jugar se aprende jugando” y no des una mínima formación a tus empleados puedes tener muchos problemas. Y no hablo de que el equipo sea altamente inflamable…

6. ¡Chicos! ¡Veo tierra firme!: tú, como líder de tu empresa, tienes que liderar este proceso de transformación digital. Si tú ves que las modificaciones son posibles, podrás transmitirlo a tus empleados. En cambio, si titubeas o no estás seguro sólo lograrás hacer sentir inseguros a tus trabajadores. ¿Es eso lo que quieres? En el proceso de transformación digital debes regirte a ti mismo como un líder. Es esta la cuestión básica y fundamental. Es en ti en quien se van a apoyar el resto de cuestiones, por lo que debes ser fuerte y aguantar. Con esto no quiero decir que te vuelvas en un jefe tiránico que provoque que tu cara aparezca en todo tipo de dianas. ¿Lo entiendes, verdad? Finalmente todo esto merecerá la pena.

Es verdad que esto de la transformación digital no es algo fácil. Sin embargo, resulta tan necesario como beneficioso. Si te pones a pensar, a lo largo de la historia ha habido montones de transformaciones. En su momento, estoy segura de que aterrorizaron a todo el mundo por el simple hecho de que lo nuevo nos asusta. Pero, dime una cosa, ¿quieres que tu empresa se rija por el refrán de ‘más vale lo malo conocido, que lo bueno por conocer’? Espero que tu respuesta sea que no y que lo que realmente estés pensando sea: ¿cuándo empezamos?

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