Todos hemos oído hablar alguna vez del coworking. Se trata de un novedoso concepto laboral, muy en boga en ciertos sectores profesionales, que se extiende rápidamente por nuestras ciudades. Veamos en qué consiste y las ventajas derivadas de su uso.

 

Qué es el coworking y quiénes lo utilizan

El coworking es una novedosa manera de trabajar, importada de Estados Unidos, que crece como la espuma en España y resto de Europa. Los usuarios del co-trabajo son profesionales autónomos, freelancers o microempresas y, en general, cualquier trabajador itinerante que no se encuentre sometido a complicadas infraestructuras para desempeñar su labor. Se trata de compartir un mismo espacio físico y/o virtual, con la finalidad de reducir gastos y combatir la soledad laboral.

Los trabajadores que emplean espacios de coworking no comparten, necesariamente, ni actividad ni empresa. Sin embargo, este nuevo concepto subraya la idea de colaboración, el contacto personal entre los co-trabajadores y las relaciones comerciales. En muchas ocasiones, en estos locales terminan naciendo fructíferas alianzas empresariales. Programadores, diseñadores, redactores, editores, periodistas o arquitectos son algunos de los profesionales que más utilizan el co-trabajo.

Un fenómeno en expansión

El fenómeno del coworking nació en San Francisco (Estados Unidos), en 1999. Desde ese año, el movimiento del co-trabajo no ha parado de crecer en todo el mundo. Ya es usual en países como Reino Unido, Francia, Alemania, Argentina, México y, por supuesto, España. Se calcula que, a mediados de 2012, existían más de 1.100 espacios en los cinco continentes.

Las ventajas de compartir local de trabajo

El factor económico es determinante a la hora de decantarse por el trabajo en locales de coworking. Este mecanismo libera al trabajador de los gastos de alquiler, electricidad, agua o catering, inherentes al desempeño profesional. Los centros de co-trabajo cobran cuotas mensuales o semanales que, generalmente, resultan más baratas que el conjunto de los costes reseñados.

Los locales de trabajo colectivo disponen de una completa infraestructura para los freelancers y microempresas y mucho más competitiva que la instalada en cualquier domicilio particular. Servicios como fotocopiadora, escáner, conexión wi-fi, banda ancha, café o salas de reuniones están presentes en casi todos estos espacios.

El co-trabajo facilita el intercambio de información y conocimientos entre los profesionales que comparten espacio. Ya hemos señalado que promover las relaciones profesionales es uno de los grandes objetivos de este fenómeno laboral.

Combatir la soledad en el trabajo es la otra gran baza del coworking. Los centros permiten el contacto y favorecen también las relaciones personales. Muchos de ellos poseen áreas de descanso, en las que se pueden compartir experiencias y conocer mejor a los compañeros de local.

Los espacios de trabajo colectivo tienen, por tanto, un futuro más que prometedor. Las nuevas tecnologías favorecen el teletrabajo y cada vez un mayor número de profesionales y pequeñas empresas demandan ubicaciones multifuncionales que, además, favorecen el ahorro y el intercambio de conocimiento con el resto de compañeros.

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