La motivación se define como el impulso que guía y mantiene el comportamiento, hasta lograr los objetivos o metas planteados. La motivación en el trabajo es un ingrediente fundamental para mejorar la productividad de cualquier empresa. Sin embargo, en los tiempos de crisis que corren se hace complicado, a veces, imprimir ánimos y optimismo entre nuestra plantilla. Seguidamente, enumeramos algunas técnicas que facilitan dicha labor:

  • Adecuación al puesto de trabajo. Resulta fundamental que el trabajador se sienta cómodo con su función y esté capacitado para la misma. De esta forma, se evitan situaciones como aburrimiento o estrés, sobrevenidas por asumir competencias por encima o por debajo de las posibilidades de cada empleado.
  • Mejora de las condiciones laborales. El reforzamiento de la seguridad en el trabajo y el aumento de los medios higiénicos, materiales o técnicos redunda fuertemente en el grado de satisfacción del personal.
  • Favorecer la participación. Si damos a los empleados la posibilidad de participar en la planificación del trabajo, éstos se van a sentir más motivados a lograr los objetivos, puesto que han sido establecidos por ellos mismos. Además, nadie como los propios trabajadores conoce cómo realizar su labor y, por tanto, nadie mejor para acordar las correspondientes metas a conseguir.
  • Establecimiento de objetivos empresariales y personales. De un lado, se trata de acordar, entre jefes y subordinados, las metas empresariales a lograr en un período de tiempo concreto. Por otro lado, cada uno de los trabajadores debe poseer sus propios objetivos y aspiraciones. Los mandos deberían facilitar el logro de esas metas individuales, porque son el primer paso para alcanzar el éxito colectivo. En este sentido, resultan útiles los planes específicos que tienen en cuenta las capacidades e inquietudes de cada empleado.
  • Reconocimiento del desempeño. Una buena valoración económica, incentivos y premios son imprescindibles en el plan de motivación de la plantilla. Deben evitarse los agravios comparativos entre los trabajadores del mismo puesto, aunque las variables salariales ayudan a mejorar la implicación del personal. El reconocimiento de una labor bien hecha también puede adoptar forma de viaje, días libres o gratificación extraordinaria.
  • Formación profesional. El reciclaje de la plantilla es otro factor destacado a la hora de buscar la motivación de la misma. Sentir que adquiere conocimientos y que ese hecho le ayuda a mejorar su posición dentro de la organización anima e impulsa a cualquier empleado.

En la motivación laboral influyen otros elementos como el fomento del trabajo en equipo, las mediaciones adecuadas en caso de conflicto, el abandono del miedo a la delegación de funciones, la aceptación de sugerencias cuando son viables, el diálogo entre jefes y subordinados etc. El papel de la dirección es crucial, cuando se pretende conseguir un buen clima de trabajo y motivar a toda la plantilla. Conseguirlo significa estar a las puertas del éxito.
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