Un tweet difamatorio puede salirte caro. La ley llega por fin a Internet.

Si alguien pensaba que los medios sociales se habían convertido en el lejano Oeste de antaño resultaba que se equivocaba, pues el sheriff, aunque hasta el momento ha permanecido algo distraído, trabaja a destajo y suelta latigazos para mantener a raya los comentarios desafortunados. Así que ya sabes, cuidado con ese tweet que estás pensando en publicar. ¡Sé bueno!

No en vano, resulta que ya los propios políticos han degustado las hieles de una metedura de pata 2.0, pues no todo es libertad de expresión en la viña del social media. Hay límites y si uno no los respeta, pues te endilgan una sentencia para que la sensatez se obre en ti.

Así, recientemente en nuestro país, el Juzgado de Primera Instancia número 5 de Pamplona ha condenado a una exconcejala de UPN del Consistorio de la ciudad, Ana Pineda, pues arremetió contra una diputada de Nafarroa Bai con un tweet.

La vilipendiada fue Uxue Barcos, convaleciente de un cáncer de mama por aquel entonces, a la que culpó de estar regodeándose en su enfermedad con fines partidistas. Concretamente, Pineda alumbró tres “inspirados” tweets en los que acusó a la diputada de protagonizar un "desembarco mediático" y de "distraer" a los periodistas "llegando tarde", en un momento en el que el pleno debatía una moción de UPN sobre explotación sexual.

Pero no sólo en España empieza a irrumpir la justicia mostrando sus todopoderosos colmillos, pues en el Reino Unido ya se afanan en la redacción de una ley dirigida a aplacar los comentarios más incendiarios. De este modo, el Servicio de Fiscalía de la Corona (CPS) ha invitado a académicos, abogados de medios de comunicación, blogueros y policías a que aporten sus ideas en la discusión de esta ley.

Pero la preocupación por poner coto a las redes sociales también asalta a los gobernantes filipinos donde nos aventajan en esto de impartir justicia en la Red, pues acaban de promulgar la ley de Prohibición de Ciberdelincuencia 2012. Sin embargo, la nueva norma, que fue aprobada el 3 de octubre, ya se encuentra suspendida temporalmente al sospechar la Corte Suprema que la medida legal supondrá más perjuicio que beneficio.

Si es que a la ciudadanía filipina no le ha gustado nada la criminalización de la difamación, pues los usuarios de blogs y redes sociales como Twitter y Facebook quedarán a merced de costosas multas o condenas de hasta 12 años de prisión, en caso de que sus tweets en la Red sean mal interpretados.

Por lo tanto, si creías que la libertad de expresión había hecho cima en el paraíso con la llegada de Twitter y otras redes sociales, te equivocaste. Quizás los social media sólo sean telepantallas de Orwell, deseando pillarte cual Winston Smith en flagrante infracción.