Los precios son el eleneto fundamental de tu negocio. pues son, en gran medida, los responsables de que tu empresa tenga éxito o no.

Pero la elaboración de la estructura de precios idónea no siempre es una tarea sencilla... Unos precios altos pueden ser un elemento disuasorio para tus clientes; mientras que sin son muy bajos pueden crear una demanda que tal vez no puedas asumir sin caer en pérdidas.

Además, en este aspecto, tu planificación no puede ser algo estático. De modo que, para ayudarte a elaborarla, identificamos para ti las principales señales que indican que tu estructura de precios debe cambiar...

Tu efectivo cae en picado
Cuando la cantidad de efectivo en tus cuentas disminuye sensiblemente, tal vez se debe al diferencias entre los costes y el precio de producto. Si éste es muy bajo, cada vez tendrás menos beneficios... Y cuando los costes suben – porque los proveedores se encarecen o los gastos aumentan – el precio debe subir en consonancia.

Los competidores cobran más por menos
Si alguno de tus competidores está cobrando mucho más por un producto de calidad inferior, tal vez no sólo debas plantearte aumentar los precios, sino que también debes preguntarte por qué ellos son capaces de conferir valor añadido a su producto y tú no.

Tus ventas se centran en promociones
Sirven para aumentar el número de ventas en un momento determinado, pero crean clientes temporales y quizá tu empresa no pueda sobrevivir en el futuro sólo de eso. Resulta necesario que tu masa de clientela sea algo fiel si no quieres que tu negocio sea flor de un solo día. Los clientes compran tus productos porque ofreces algo que valoran, no sólo porque vendes barato. Reflexiona sobre esta idea y probablemente aumentarás tus precios.

Tus clientes son cazadores de gangas
Cada negocio suele tener los clientes que reclama con sus precios... Si, por ejemplo, pretendes vender "lujo" a gente que reclama a 6€, rara vez conseguirás vender todo el stock. Además, cuanto más bajo sea el precio que ofertes, menor será el margen de beneficio. Si pretendes competir en precios, la cantidad de producto que tendrás que vender será enorme... Así que pregúntate: ¿tienes capacidad suficiente para hacer frente a esa demanda? y ¿estás dispuesto a manejarte con un margen de beneficios muy pequeño?
Si los cazadores de gangas llegan a tu negocio de forma consciente, estupendo. Pero si ni te has dado cuenta de ello debes replantearte la estrategia.

Tu personal reclama descuentos
Si tu personal de ventas te pide rebajas constantemente, tal vez es que los precios sean demasiado altos... Debes reflexionar sobre su eficacia y proactividad en el trabajo y preguntarte ¿por qué quieren vender más barato pudiendo hacerlo caro? Tal vez no sea necesaria una reducción de precios, sino otra estrategia.

Fuente: Entrepreneur

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