No hay manera. Uno enciende el ordenador y enseguida se topa con esos ocupas indeseables del aire haraganeando en el interior de su vivienda. Algunos tienen nombres tan estupendos como Monisín, Darth Vader o Atreyu, pero nadie los ha invitado y allí están, unas presencias invisibles que nuestro módem delata a la primera de cambio, pero por más que discutas y cierres la puerta con llave, no conseguirás que depongan su actitud invasiva. Sí, hablamos de las redes inalámbricas, mucho más conocidas por WiFi (acrónimo de Wireless Fidelity); una tecnología que, con suerte, será reemplazada por otra que no allana moradas ajenas y que, por lo tanto, resulta mucho más segura y además, más barata: el LiFi, acrónimo de Light Fidelity.

Es cierto que desde hace años existe un empeño en subir a los viajes del Imserso a la tecnología WiFi y verla dorándose sobre una toalla en una playa de Benidorm. Así, hemos escuchado rumores sobre WiMax,WiGit, o los Rayos T. Casi nada la terna de candidatos, pero ya veremos quién se lleva el Nobel de la conexión a internet.

Sin embargo, desde Websa100 creemos que el LiFi tiene algo que los demás carecen. Primeramente no consiste en ondas de radio, sino que se decanta por una tecnología diferente: el código binario trasplantado a la luz eléctrica y es capaz de lograr velocidades de 500 MB por segundo. Es decir, que la fibra óptica sí que tiene competencia, pues el LiFi sería cinco veces más veloz que ésta.

Sin embargo, este sistema de comunicación todavía ultima su puesta a punto en la Universidad de Edimburgo y en sus desarrollo se afana un grupo de investigadores del Instituto Heinrich Hertz de Berlín, liderado por el físico Harald Haas.

Así que es pronto para tenerla en casa, pero su próximo advenimiento está generando mucho revuelo. Desde luego, su funcionamiento es curioso ya que se instalaría en una bombilla que debe permanecer encendida para transmitir la señal a los dispositivos electrónicos. Por supuesto, siempre hay pegas; pues si para algunos supone una virtud el que la señal no atraviese las paredes, para otros es un defecto pues no debe mediar obstáculo alguno entre el emisor y el receptor. Sin embargo, quizás su velocidad y su precio (mucho más barato que el WiFI) deberían pesar en el dictamen del usuario.

Por no mencionar el tema de que, según alertan algunos sectores, el WiFi no es un chico inofensivo, sino que es una mosquita muerta que está embutiendo nuestro aire de excesivas ondas electromagnéticas con efectos todavía desconocidos.

En definitiva, siempre viene uno a reemplazar lo anterior; al VHS le relevó el DVD, al disco de vinilo lo sentenciaron los discos compactos (CD) y ahora en el “departamento de RR.HH. tecnológicos” le prepara el finiquito al WiFi.
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